En tiempos donde el presupuesto familiar y la preocupación por el medio ambiente van de la mano, las estufas a pellet se han posicionado como una alternativa inteligente y sustentable para los hogares en Chile.
Según cálculos recientes, un hogar promedio que utiliza leña seca certificada para calefacción puede gastar más de $1.200.000 anuales en combustible. En contraste, al cambiarse a una estufa a pellet de alta eficiencia, ese gasto se reduce a cerca de $580.000, lo que representa un ahorro de aproximadamente $660.000 al año.
Pero el beneficio no se limita al bolsillo. El pellet, fabricado a partir de residuos de madera comprimida, genera una combustión más limpia que la leña tradicional, reduciendo considerablemente la emisión de material particulado fino (MP 2.5), uno de los principales contaminantes del aire en invierno. Gracias a su alta eficiencia —que puede superar el 85%—, las estufas a pellet aprovechan mejor la energía, entregando más calor con menos combustible y ayudando a disminuir la huella ambiental.
Además de ser más prácticas y cómodas, estas estufas cuentan con sistemas automatizados de alimentación y control de temperatura, lo que facilita su uso y reduce la necesidad de mantenciones frecuentes.
En un contexto donde la calidad del aire y la economía doméstica son prioridades, las estufas a pellet surgen como una solución que combina ahorro y responsabilidad ambiental. Un cambio pequeño en el sistema de calefacción puede marcar una gran diferencia tanto para el presupuesto del hogar como para la salud del planeta.
Un invierno cálido, económico y sustentable es posible. El pellet ya está en los hogares chilenos, y llegó para quedarse.
Referencias:
- Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC):
- Ley N° 21.499 sobre Biocombustibles Sólidos (2022)
- Ministerio del Medio Ambiente (MMA)
- Mercado Nacional de Biocombustibles
